El aserradero de Ecay, precursor de la industrialización en Navarra, es un conjunto que, a pesar del programa que desempeñaba consigue integrarse en el entorno. La naturaleza, con el rio Irati como protagonista, sirve de marco para la idea de nuestro proyecto.

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El concepto del proyecto busca reproducir los reflejos de la naturaleza en la reconstrucción del lugar. El reflejo entendido  no solo en el término más físico sino en todos sus significados. La relación de presente - pasado, de rural - industrial, se presenta en el proyecto de la escuela. Del mismo modo, la creación de planos de agua llenando las trazas de las antiguas construcciones busca devolver al lugar su volumetría  original mediante el reflejo de los edificios contiguos.

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Un reflejo se puede entender también como una proyección difusa de la realidad. Esto se representa por medio de materiales traslúcidos que permiten observar la actividad del edifico.

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Se presenta una dualidad entre dos edificios enfrentados que simbolizan los dos ambientes que se encuentran en Ecay. Los talleres representan la vida rural y la carbonera la industrial. Se entiende uno como el reflejo del otro, no entendiéndose una actividad sin la otra en un lugar como el aserradero.